Proverbios 5:1-14 RVR60

1 Hijo mío, está atento a mi sabiduría, Y a mi inteligencia inclina tu oído, 2Para que guardes consejo, Y tus labios conserven la ciencia. 3 Porque los labios de la mujer extraña destilan miel, Y su paladar es más blando que el aceite; 4 Mas su fin es amargo como el ajenjo, Agudo como espada de dos filos. 5 Sus pies descienden a la muerte; Sus pasos conducen al Seol. 6 Sus caminos son inestables; no los conocerás, Si no considerares el camino de vida. 7 Ahora pues, hijos, oídme, Y no os apartéis de las razones de mi boca. 8 Aleja de ella tu camino, Y no te acerques a la puerta de su casa; 9 Para que no des a los extraños tu honor, Y tus años al cruel; 10 No sea que extraños se sacien de tu fuerza, Y tus trabajos estén en casa del extraño; 11 Y gimas al final, Cuando se consuma tu carne y tu cuerpo, 12 Y digas: ¡Cómo aborrecí el consejo, Y mi corazón menospreció la reprensión; 13 No oí la voz de los que me instruían, Y a los que me enseñaban no incliné mi oído! 14 Casi en todo mal he estado, En medio de la sociedad y de la congregación.